Tengo la estúpida manía de sentirme siempre al borde de todo.
No me importa parecer un poco decadente ni me preocupa la idea de tirar al agua mis debilidades.
Me gusta jugar con fuego cuando hacerlo está prohibido, y me gusta inclinarme hacia delante cuando la caída es segura.
Carezco de coherencia cuando la embriaguez me juega malas pasadas y resulto embaucadora todas las veces que me lo propongo.
A veces me agarro el pecho para respirar.
Juego con la disciplina del que engaña y cuento las historias sin capítulos.
Me desmayo mientras duermo o me despierto cuando empiezan los sueños, siguen sin dejarme imaginar los problemas del corazón.
Califico a las personas sin conocerlas y me apiado de las personas sin problemas.
Los nervios me producen heridas.
Y cuando estoy al borde respiro muy hondo y me dejo caer. Y caigo, y me duele tanto que no lo noto.
Y vuelvo a subir, casi sin respirar, casi sin caminar.
Creo que puedo volar.
Y vuelvo a tirarme al vacío.
A veces creo que alguien ha enviado colchones enormes para que yo al caer no me rompa.
Estoy al borde, pero no siento miedo.
No me importa parecer un poco decadente ni me preocupa la idea de tirar al agua mis debilidades.
Me gusta jugar con fuego cuando hacerlo está prohibido, y me gusta inclinarme hacia delante cuando la caída es segura.
Carezco de coherencia cuando la embriaguez me juega malas pasadas y resulto embaucadora todas las veces que me lo propongo.
A veces me agarro el pecho para respirar.
Juego con la disciplina del que engaña y cuento las historias sin capítulos.
Me desmayo mientras duermo o me despierto cuando empiezan los sueños, siguen sin dejarme imaginar los problemas del corazón.
Califico a las personas sin conocerlas y me apiado de las personas sin problemas.
Los nervios me producen heridas.
Y cuando estoy al borde respiro muy hondo y me dejo caer. Y caigo, y me duele tanto que no lo noto.
Y vuelvo a subir, casi sin respirar, casi sin caminar.
Creo que puedo volar.
Y vuelvo a tirarme al vacío.
A veces creo que alguien ha enviado colchones enormes para que yo al caer no me rompa.
Estoy al borde, pero no siento miedo.
