Wednesday, January 18, 2006

Me gustaría que por un momento alguien se atreviera a acercarse demasiado y coserme un traje de papel ceñido al cuerpo, y que temblara al notarme palpitar desde la espalda al coserme cremalleras.
Mirarme desde abajo de reojo mientras evita que no lo arrastre al levantarme de repente, para evitar que me caiga al correr para escapar.
Echarme el candado en la mirada y tragarse la llave con ayuda de un enorme vaso de agua con azúcar.
Justificarlo diciéndome que debe ser una sorpresa.

Prometí no volver a desnudarme cuando el tiempo fuera frío, no me creyó nadie.

Me gustaría por un momento que alguien se atreviera a darme de beber un caldo ardiente que provoque somnolencia.
Perder la noción del tiempo mientras alguien enhebra una pequeña aguja de cristal rojo y me la roza por los brazos para sentir el frío.
Para hacerme entender lo punzante y escalofriante que puede resultar el mundo una vez estás fuera.

Prometí no volver a desnudarme cuando el tiempo fuera frío, no me creyó nadie.

Tuesday, January 03, 2006

Descalza atravesaba todo el comedor buscando un lugar caliente donde esconderse.

A veces cree que todo se le viene encima y busca a golpes cualquier sitio donde meterse, donde desahogarse y sentirse libre.
Aún no entiende esa torpe costumbre de taparse la cara cuando llora, aunque esté sola y nadie pueda verla.
Se ha empeñado en coleccionar estatuas de papel que fabrica cada vez que le pasa algo que no le apetece recordar.
Le dije que es contradictorio anotar fechas de días que desea olvidar o escribir frases que le hacen tanto daño que desearía no haberlas oído nunca.
Pero ella es así y nadie va a cambiarla.

Se sienta en el suelo, muy cerca de la estufa y cierra los ojos. Toca las estatuas e intenta adivinar de donde proviene cada una.
Y entonces empieza a correr de nuevo.

Y gritando le perdona a nadie su tristeza. Y se tropieza y ya no sabe si las puertas se abren o se cierran.
Se encuentra con su cama y se arroja sobre ella. Una sábana, dos mantas y tres pequeños mantones le cubren hasta hacerla desaparecer.
Se acurruca agarrándose las rodillas y se rompe.

El sudor y las lágrimas ya no se distinguen.
Y se queda dormida.