Wednesday, November 28, 2007


Podría mentirte.

Podría contarte que la mujer descalza soy yo, que nunca encontrarás a nadie que se me parezca. Que alguna te engañará con sus estupideces y te hará creer que su sonrisa es más blanca que la mía. Te dirá que te quiere, que hará de ti el hombre de su vida, que te soplará cuando mueras de calor y que compartirá su pan contigo el resto de sus días.
No la creas, por Dios no lo hagas.

Acuérdate de mí. Compárame con todo el mundo. Utilízame como cebo. Añádeme cosas que nunca he sido. Agarra mi figura y mezcla tus sueños con mi cuerpo. Piensa en mí y ponme otros ojos, otra voz, otras manos.
Piensa en mí y hazme más fuerte, más amable, más bonita.
Perfeccióname, hazme imposible.
Juega conmigo, méteme miedo.

Y entonces, solo entonces, encontrarás a alguien que me destrozará. A esa es a la mujer que debes creer.
A la que sea capaz de destrozar tus sueños.